sábado, 31 de octubre de 2009

Celebración del Día de los MUERTOS...






Si bien el día de los muertos es una celebración cristiana, tiene su origen en ritos paganos. En todo el mundo el día de los muertos se celebra el 2 de noviembre.
Historia del Día de los Muertos:
En el siglo X (año 998) San Odilo, abad de un monasterio en el sur de Francia, proclamo por primera vez esta festividad en la fecha en la que se conoce en la actualidad como la fiesta de todos los Fieles Difuntos. Recién en el siglo XIV, el vaticano acepto esta celebración y la aplicó a toda la cristiandad.
En la America prehispánica también se rendía culto a los muertos y con la llegada de los conquistadores españoles se produjo una mezcla de culturas integrándose simbología indígena.

En la actualidad cada cultura presenta variados diseños y formas de celebración para esta fecha pero en general se cumplen con ciertos rituales comunes a todos los pueblos: recibir a los seres queridos (vivos o muertos) y compartir una comida con ellos.
En el país azteca o sea México, quizás el más comprometido con esta fiesta, se tiene por costumbre visitar el cementerio donde se encuentran los sepulcros de amigos y familiares para realizar una serie de actividades. Es bastante común la ornamentación de los camposantos; rendir culto al árbol de la vida; consumir calacas de azúcar o calaveras con el nombre escrito de quien recibe el obsequio y recordar con cariño a los familiares que no están entre ellos.
En la mayoría de las comunidades indígenas se cree que los difuntos tienen en esta fecha la licencia para visitar a los familiares vivos o acceder a la dimensión terrenal; por lo tanto hay que estar preparado para esta visita recibiéndolos con los honores que se merecen.
El día 2 de noviembre a las 0 horas, se hacen ruidos con fuegos artificiales, petardos, campanas, etc. para hacer saber que los vivos están preparados y dispuestos para recibir a los muertos.
En España esta fiesta esta destinada a conmemorar a quienes ya se fueron. Las familias se reúnen para recordar a sus seres queridos y por lo general se realizan grandes banquetes para el disfrute de los que siguen en este mundo. Entre las comidas típicas se destacan: huesos de santo y buñuelos, postre de gachas, castañas asadas, arrope, etc.
DIA DE LOS DIFUNTOS O DE LOS MUERTOS
El 2 noviembre de cada año se celebra el día de los difuntos o día de los muertos, en los que se venera a aquellos que ya han dejado este mundo. El día de los difuntos o de los muertos tuvo su origen en el paganismo y el cristianismo.
Se cree que durante la persecución de los cristianos a manos del emperador Diocleciano se produjeron tantas muertes que ante la imposibilidad de conmemorar cada una de ellas, se organizó una fiesta común con ese objetivo. Otra teoría sobre el origen indica que los celtas tenían una celebración similar que cerraba la época de las cosechas y daba inicio al año nuevo de ese pueblo (fiesta llamada Samhain). Esta festividad druida fue adoptada por los invasores romanos que por el año cuarenta AC tomaron la Bretaña, y quienes se encargaron de propagar la ceremonia. Por lo que se refiere a los antiguos griegos, éstos pensaban que en determinados días, el dios Hades (de los muertos) permitía el ascenso hasta la superficie de la tierra a los espectros de quienes habían sido buenas personas para que pudiesen hablar con sus descendientes. También se tienen noticias de festividades consagradas a mártires sirios en el Siglo IV de nuestra era. En el año 615 la Iglesia Católica consagró un templo romano a todos los santos, conmemoración que se llevaba a cabo en el mes de mayo hasta que se cambió al 1 de noviembre por iniciativa del Papa Gregorio. En las postrimerías del siglo X se tiene noticia en Francia de la primera celebración oficial de un día de los “fieles difuntos” en honor a las personas fallecidas. Mucho antes las civilizaciones originarias del continente americano poseían festividades en conmemoración de sus muertos. Justamente, instaurar un día de los difuntos o de los muertos permite rescatar estos homenajes que se le prodigan a aquellos que a los que les debemos nuestra propia existencia. El día de los difuntos es el día de nuestra propia historia. Los festejos varían en las diferentes regiones del mundo; se visitan los sepulcros, se ornamentan los cementerios, se rinde culto al árbol de la vida, se realizan misas religiosas, se consumen alimentos alegóricos, etc.
En los pueblos anglosajones se conoce con el nombre de Halloween, que en la actualidad posee un significado distinto al de su origen que provenía de (all hallow’s even–vigilia de todos los santos-).
El día de los difuntos o día de los muertos reconoce la necesidad del hombre de, desde que empezó a enterrar a sus muertos, seguir manteniendo un lazo con sus seres queridos.
La vida y la muerte en la universalidad de las sociedades humanas son objeto de ceremonia; estas celebraciones llevan contenidos solemnes e intimistas en algunos pueblos y festivos y lúdicos en otras latitudes, que es una forma de ritualizar. Convertir en rito significa traducir emociones en un relato, casi mitológico, totalmente simbólico. La historia del viaje del alma y su retorno constante se enquista en la sociedad. El problema es que ese relato ya no es receptado por los jóvenes, desinteresados por mensajes y experiencias del pasado. El día de los difuntos o de los muertos tiene la misión de conectar a los jóvenes con su historia, con su pasado, con sus antecesores, para que puedan planificar mejor su propio futuro.
No se puede entender la cultura sin el culto a sus autores; no hay cultura sin memoria de las personas que aportaron a ella. Para que los valores sean parte de nuestra memoria deben estar asociados a una biografía. En todas la comunidades se celebra a los antepasados a los que se llama difuntos en algunas, muertos y santos en otras (lémures, lares o manes para los romanos).
Para las creencias romanas Ambrotos era aquel cuya sangre nunca había sido derramada y que simbolizaba lo eterno; el día de los difuntos o de los muertos es la ambición del hombre por la inmortalidad, aunque no sea más que a través de la memoria.
El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen prehispánico que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. Es una festividad mexicana y centroamericana, se celebra también en muchas comunidades de Estados Unidos, donde existe una gran población mexicana y centroamericana. La UNESCO ha declarado esta festividad como Patrimonio de la Humanidad.1 El Día de los Muertos es un día festejado también en el Brasil, como Dia dos Finados.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias Mexica, Maya, Purépecha, Náhuatl y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos era conmemorado el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (actualmente relacionada con "la Catrina", personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.

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